martes, 22 de diciembre de 2015

DISCURSO POR LA NAVIDAD

Queridos profesores y alumnos:
Con mucha alegría me dirijo a ustedes ya próximos a celebrar este acontecimiento tan importante para la humanidad, como es el nacimiento del niño Jesús. 
Jesús nace en Belén de Judá, apenas un pequeño pueblo, sin mayores comodidades para una vida sencilla, corriente. Aquel día no encontraron posada así que alguien les facilitó un pesebre, donde nació El Salvador, como quien desde su nacimiento quiere gritarle al mundo: “¡Miren, dónde he nacido!”, “¡a pesar de ser el Hijo de Dios me he hecho el más pequeño de ustedes!”. Tan pronto como llegaron los Reyes Magos a adorarle, tuvieron que huir a Egipto pues las huestes de Herodes querían asesinarlo.
¿Qué significa la Navidad? No confundamos la celebración, los regalos, los buenos deseos, visitas a familiares, etc., con el verdadero sentido de la Navidad, que es acoger a Jesús en nuestro corazón, es Fiesta de Jesús, que nos invita a ser solidarios y misericordiosos con quien más nos necesita. Es sensibilizar nuestro corazón para perdonar y pedir perdón pues el conflicto es parte de la vida, pero no debemos llevar una vida de resentimiento y desquite sino de paz que es fruto de la justicia.
San Juan de la Cruz decía: “Dad amor con amor y recibirás amor”, eso es la Navidad, compartir con amor no por compromiso, sino porque hay más alegría en el dar que en el recibir. Hagamos la prueba, si damos es porque antes hemos recibido, nadie da lo que no tiene. Rico no es el que tiene riqueza y no la comparte, ése es un avaro, rico es el que tiene para dar, por eso es rico porque puede dar.
Que el niño Jesús nos traiga paz y esperanza de un mañana mejor, que los niños valoren más el amor de sus padres -a través de los cuales se manifiesta el amor de Dios- que los regalos que puedan recibir; que las familias sean verdaderamente la primera escuela, la iglesia doméstica en la cual Jesús sea el centro de nuestra vida.
Una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.      
Gracias.              

jueves, 3 de diciembre de 2015

A COCACHOS APRENDI de Nicomendes Santa Cruz por Keveen Febres Silva

DISCURSO DE CLAUSURA DEL AÑO ESCOLAR

Señor director del Colegio Guadalupe:
Estimados profesores, padres de familia y alumnos.
Me complace dirigirme a ustedes, hoy, que nos hemos congregado para dar por terminado el año escolar 2015. Todo lo que comienza, termina; y todo lo que termina, comienza. Así es el camino de la vida, y los estudios no son la excepción. En este año, hemos dado nuestro tiempo y esfuerzo, en comunión con nuestros entusiastas profesores, quienes han sabido darnos lo mejor de su conocimiento y experiencia. El filósofo español Ortega y Gasset, decía que no solamente se debe enseñar al alumno sino también a hacerle dudar de lo que se le enseña para que el mismo pueda comprobar lo aprendido. Con la ayuda de la tecnología esto es más rápido hacerlo hoy que antaño.
Por otro lado está la aplicación de lo aprendido, cuánto de lo que recibimos forma parte del propio conocimiento.
Al final del año, debemos sentirnos mejores estudiantes, con más conocimientos, pero también con mejor instrucción. Los principios y valores se aprenden en el hogar y se refuerzan en la escuela. ¿De qué vale alcanzar un mayor grado si no sabemos estar a la altura de ello?
Cuantas veces nos hemos sentido abrumados por las tareas que nos dejan en los diferentes cursos, cuántas veces hemos hecho las cosas mecánicamente sin comprender el por qué de las cosas. ¿Realmente este año les fue provechoso? Si así fuera, mi reconocimiento y esperanza que no se estudia en vano, pero si no fue así, el final del año sirva para reflexionar y enderezar el camino. No seamos como el estudiante que nos muestra el gran decimista Nicomedes Santa Cruz en su texto: "A cocachos aprendí...Los otros niños alcanzaron nombre egregio, yo no aproveché el colegio del barrio donde nací".
Hoy es tiempo de gozo, nos preparamos para recibir nuestras notas, diplomas, nos entusiasman la Navidad y las vacaciones. Agradezco a los padres de familia, su apoyo en la educación de sus hijos es necesaria, no basta corresponder con el sustento diario, también hay que apoyarlos moralmente, no olviden aquel refrán: "De tal palo, tal astilla", los padres se prolongan en sus hijos.
Cada año es una experiencia distinta, mi deseo para ustedes compañeros es que luchen con denuedo por sus ideales, tomen decisiones a tiempo si no, otros la tomarán por ustedes, sean serviciales, de eso se trata la vida. Déjalo ser a ese joven que hay en ti.
Muchas gracias.