Estimados padres de familia.
Queridos profesores y alumnos.
Con mucho placer me dirijo a ustedes, compartiendo la
unidad y el entusiasmo de nuestra institución educativa, para celebrar el Día
del Maestro; un día del año en que resaltamos la enorme labor de los profesores
y profesoras, cual es el de conducir con su ejemplo y sabiduría a las nuevas
generaciones de la patria. Mi respeto hacia aquellos hombres y mujeres que
decidieron abrazar esta profesión, que sabemos no es bien remunerada, pero da gratas
satisfacciones porque quien cumple su deber pedagógico con responsabilidad y eficiencia,
tendrá siempre el mejor recuerdo de sus alumnos. Esa es la mayor recompensa,
haber cumplido con su deber formador en conocimiento y valores que nutren el
alma y preparan para la vida.
Hay muchos ejemplos de maestros y maestras cuyos
nombres escogieron los colegios para honrarlos como: Víctor Andrés Belaúnde,
Carlos Wiese, Carlos Cueto Fernandini, Teresa Gonzáles de Faning, Jorge Basadre,
Esther Festini de Ramos Ocampo, entre otros, verdaderos modelos de entrega y
sacrificio por una mejor educación.
Como no mencionar al verdadero maestro: Jesús, el
hijo de Dios, que llamó a sus discípulos y los fue formando hasta convertirlos
de personas sin mayor cultura a valientes apóstoles, líderes dispuestos como Él
al sacrificio de la entrega total, para que todos conozcan la buena noticia.
El verdadero maestro es un líder, no sólo imparte
sus conocimientos en la materia que domina, sino que promueve valores, corrige,
estimula las iniciativas de los estudiantes, más que enseñar busca que el
alumno aprenda. No tiene la última palabra de la ciencia pues sabe que con los
adelantos tecnológicos, cualquier discípulo podría acceder a información más
actualizada que él desconoce.
No genera temor, más bien despierta admiración y
respeto. Es paciente porque sabe que todos
no tienen el mismo nivel de comprensión de las cosas, ilumina constantemente y
estimula el amor a la sabiduría.
Apreciados maestros, la Gracia de Dios les acompañe
siempre, no duden en capacitarse y ser cada día mejores, muchos estudiantes se
miran en ustedes, que son como caminos que dejan sentir su influencia en el fértil
campo de la cultura, cada lección que brindan es una oportunidad de cambio, una
semilla presta a dar fruto.
Sirva este pequeño homenaje para agradecerles por
ser parte de nuestro segundo hogar, el colegio, por su invalorable tarea de
educadores que nos asisten en nuestras debilidades y desalientos.
¡Que vivan los maestros!
Muchas gracias.
me gusta su blog profe
ResponderEliminarque bonito XD xD XD
ResponderEliminarjejeje yo tengo que hacer una oratoria y copie lo mismo jejejje
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